Roberto Sánchez se encuentra en el momento más álgido de su segunda gestión. En segundo plano quedaron problemas económicos que atraviesa el municipio o las obras en ejecución.

 Lo primordial es bajar la cifra de posibles infectados en su mapa político. Para eso, pisó a fondo y se puso al frente acatando y modificando las normas impuestas por la Nación para impedir la propagación del virus entre los ciudadanos concepcionenses.

 Al cierre de comercios no escenciales, limitó anticipadamente a iguales medidas adoptadas por otros municipios, poniendo como límite horario de las 16hs. a supermercados, almacenes y autoservicios.

También ejecutó un fuerte control de ingresos a la ciudad, apoyado por las fuerzas del orden con asiento en Concepción. Limitó la circulación de vehículos obstruyendo algunas arterias para facilitar esos controles.

 También debe remar con la psicosis colectiva y el temor natural de sus vecinos a posibles contagios después que un médico del Hospital Regional diera positivo al test de Covid-19.

 Ésta vez, demuestra el temple de acero que otrora exhibiera en los caminos del rally para capear una circunstancia tan extrema como la que  vivimos todos los argentinos.

 Esperemos que el virus se arrodille ante su gestión, como lo hiciera el motochorro hace pocos días.

 Para ello, la colaboración de los vecinos será fundamental.

 Hoy no hay banderas políticas en la Argentina y La Perla del Sur no es la excepción. No sólo apoyamos a los profesionales de la salud, seguridad y tantos otros que se juegan la vida, sino también a aquél que está detrás del volante de nuestra ciudad, cuidando nos y velando por nosotros.